Una coproducción de Antonio Banderas y Emilio Aragón
Dirección, dirección musical y versión Emilio Aragón
Originariamente dirigido por Stephen Schwartz y John-Michael Tebelak, se estrenó en Broadway por primera vez en 1971, donde cosechó un enorme éxito. Aunque no es una obra religiosa, el libreto se basa en el relato, a través de sketches, de distintas escenas bíblicas con un relato vivaz y divertido que celebra la vida.
En palabras del propio Emilio Aragón: "Godspell va de amar", "de perseguir la justicia, de aceptar las reglas del juego sin rendirse ante lo que nos duele. Y, sobre todo, de recordar si es que lo hemos olvidado, que la vida es un camino que necesitamos recorrer de la mano del otro". Para Banderas, "energía" es la palabra que define una puesta en escena "inocente, en contraste con el mundo agresivo en el que vivimos".
Godspell fue el primer musical que Emilio Aragón vio en España. En él estaba su hermana Rita, que ha vivido el proceso de creación de esta actualización de una manera muy emotiva. En el caso de Banderas, él conoció la obra en los años 70 en el Teatro Cervantes de Málaga. No era más que un chaval, pero sintió aquella actuación como un espejo donde mirarse.
NOTA DE EMILIO ARAGÓN
Nací en La Habana. Pese a tener pasaporte español desde mi nacimiento, llegué a España en 1973, después de haber vivido en diferentes países. Tenía 14 años. Así pues, la llegada a España trajo consigo la posibilidad de echar raíces y de hacer nuevos amigos. Entre mis primeros recuerdos de entonces está curiosamente Godspell. Mi hermana Rita acababa de pasar la audición para incorporarse a la primera compañía que estrenaría el musical en España en 1974.
Un tiempo después, Godspell volvería a cruzarse en mi camino, al ser la obra elegida por mis amigos del barrio y yo para interpretarla y recaudar fondos para un colegio. Nos movía la música, el escenario. Mi amigo Antonio Vega estaba entre ellos, por supuesto, a cargo de la música. Adolescencia, amigos que sientes hermanos, hermanos que sientes amigos, los primeros besos robados, y no tan robados. La música, el teatro, el juego, y ese sentimiento de ser invencibles, de que todo es posible si nos mueve el Amor y la Justicia.
Por corte, casi 50 años después, en el camerino tras una entrañable grabación y con la adrenalina de haber cantado juntos, Antonio Banderas me habla del siguiente musical que le gustaría estrenar. Se trata de Godspell. De nuevo la amistad y la pasión, que nos une, por la música y el privilegiado oficio de contar historias, vuelve a traerme a Godspell. Quizás ya no sea sólo una casualidad.
Godspell va de eso: de Amar, de perseguir la justicia, de aceptar las reglas del juego sin rendirse ante lo que nos duele. Y, sobre todo, de recordar, si es que lo hemos olvidado, que la vida es un camino que necesitamos recorrer de la mano del otro. Godspell va de construir una ciudad bella donde todos tengamos nuestro lugar.
¡Esperamos construir una nueva pasión!
SINOPSIS
Un clásico del teatro musical de los años 70 nominado a los Tony y transportado a la actualidad.
La escena arranca en un lugar que bien pudiera ser un almacén de teatro, una desvencijada corrala de vecinos o una iglesia en ruinas.
En ella descubrimos a nuestros personajes. Se trata de un grupo de jóvenes aparentemente miembros de un vecindario convocados para tomar una decisión importante que afectará el futuro de sus vecinos y vecinas.
Esta primera escena termina con una figura compuesta por todo el elenco, como metáfora de la puerta que nos traslada a la ficción, donde iremos recorriendo de la mano de cada personaje la transformación que vivirá al tomar contacto profundo con las enseñanzas de un tal Jesús.
Juntos descubrirán la tolerancia y el respeto al diferente, la necesidad de construir y tejer redes de apoyo comunitario, la compasión por cualquier ser humano, la riqueza sostenible y compartida, la libertad de ser y elegir, la corresponsabilidad en la construcción de una buena vida para todos, el derecho a equivocarse y volver a empezar, a dolerse con el sufrimiento del otro, a vivir completos, a reír, amar, cantar, jugar, vivir... y hasta morir.
Poco antes de terminar retomaremos la figura del inicio, en esta ocasión para volver a cruzar la puerta y sentir que realidad y ficción son una.
Y al final, cuando todo acaba, cuando la oscuridad lo inunda todo, Godspell puede ser la esperanza de que todo vuelve a empezar.