P.I. Tachaikovsky
Ballet de Kiev, bailando desde el corazón
Tras el gran éxito con la primera gira por España del Ballet de Kiev, que ha quedado marcado en la memoria de todos nosotros con la tinta roja que, con trazo grueso, describe la tragedia que se vive, en 2024 el Ballet de Kiev nuevamente recorrerá los escenarios más prestigios de España. El Ballet de Kiev nos regala de nuevo la tradición de disfrutar de su Cascanueces en las fechas cercanas a la navidad. En una versión colorida y muy emotiva que nos transporta a los sentimientos de la magia y el espíritu de la Navidad.
Sobre el Ballet de Kiev
Corría el año 2017 cuando el famoso bailarín solista del Teatro de la Ópera de Kiev, Viktor Ishchuk, consigue realizar un sueño largamente cultivado, la creación de una compañía estable y joven, que reuniese a las estrellas más prominentes de toda Ucrania y pudiesen presentar al mundo el talento, la maestría y la profesionalidad de los artistas de aquel país. Entre sus miembros, el Ballet de Kiev, cuenta con varios de los solistas del Teatro de Ópera y Ballet de Kiev.
Sus primeras representaciones consiguen el apoyo de los principales nombres de la escena ucraniana e inmediatamente son invitados por los teatros mas importantes mundiales, habiendo realizado desde entonces más de 500 actuaciones. Las numerosas giras realizadas les han llevado a recorrer los mejores escenarios de Suiza, Alemania, Francia, España, Polonia, Croacia, China, Ucrania, Mexico y un largo etc.
El Ballet de Kiev mantiene entre sus objetivos principales el cuidado de las tradiciones y esencia del ballet clásico más puro, siendo cada representación una fiesta para los sentidos por la sobriedad de las coreografías, la perfección de todas y cada una de sus líneas, el virtuosismo de sus solistas y la vistosidad y grandeza de sus decorados y vestuario, todos ellos diseñados en exclusiva por los mejores maestros de los talleres de Kiev.
El Ballet de Kiev tiene su sede en el Centro Internacional de Cultura y Artes de Kiev, Ucrania.
Sinopsis
El Cascanueces, es un ballet de dos actos, originalmente coreografiado por Marius Petipa y Lev Ivanov con una partitura de Piotr Ilyich Tchaikovsky. El libreto es una adaptación del cuento de Hoffmann «El Cascanueces y el Rey Ratón». Se estrenó en el Teatro Mariinsky de San Petersburgo, el 18 de diciembre de 1892, en sesión doble con la ópera de Tchaikovsky.
Acto Primero
En una antigua ciudad alemana, a principios del siglo XIX en la Nochebuena la gente se prepara para la fiesta, entre los invitados a casa de los Stalbaum está un viejo chiflado, inventor de juguetes y amigo de los niños, Drosselmeyer. El salón de la casa está decorado para la fiesta. Llega Drosselmeyer con los regalos. Entran corriendo los niños y empiezan a jugar a la gallina ciega. En el juego participa Drosselmeyer y le vendan los ojos. Después del juego empiezan las danzas, Drosselmeyer, disfrazado de mago hace un pequeño espectáculo teatral en el que el Rey de los Ratones quiere secuestrar a la Princesa, pero el valiente Cascanueces le derrota y salva a la Princesa. Drosselmeyer tiene preparadas muchas sorpresas para los niños, les enseña un payaso con motor de cuerda, una muñeca... Pero a Masha lo que más le ha gustado de todo es el Cascanueces. Franz intenta quitárselo y sin querer lo rompe.
La noche. La habitación del árbol de navidad está iluminada con la luz de la luna, parece misteriosa, llena de secretos mágicos. Superando el miedo, Masha ha venido a ver al 'enfermo' Cascanueces, le abraza y se duerme. Masha ve en su sueño como los ratones llenan la habitación, guiados por su Rey. El valiente Cascanueces llama a los soldaditos de plomo a la guerra con los ratones, pero las fuerzas de los ratones son superiores y al final el Cascanueces tiene que enfrentarse sólo contra el Rey de los ratones y su ejercito. Cuando todo parece perdido, Masha, superando el miedo, golpea con su zapato al Rey y así salva al Cascanueces, quien termina derrotando al Rey de los Ratones; éstos huyen y Drosselmeyer convierte al Cascanueces en un bello Príncipe.
Acto segundo
Masha y el Príncipe son felices: han llegado al Reino de sus sueños. Aparece Drosselmeyer, en sus manos está el Cascanueces. ¡No puede ser que todo fuera solamente un sueño!... Con su varita mágica, Drosselmeyer convierte el sueño en realidad.