Un canto por la integración y la necesidad de conexión humana
Edu, un camionero en paro y Alina, su exmujer, se reencuentran inesperadamente después de que un terrible accidente la deje tetrapléjica. Juan, un brillante estudiante de doctorado con parálisis cerebral contrata como ayudante a Yesi, hija de inmigrantes que acaba de licenciarse en la universidad pero que está pasando por dificultades económicas. Ambas parejas pondrán hábilmente en entredicho la percepción que todos tenemos de las personas con discapacidad física y profundiza en la forma en que la clase, la raza, la nacionalidad o la riqueza pueden crear abismos entre las personas, a pesar de que éstas anhelen conexión.
Esta obra no se anda por las ramas: pretende visibilizar a aquellas personas que necesitan de otras para sobrevivir. En nueve actos, cuenta dos historias entre parejas que se desarrollan de manera paralela con un nexo de unión entre ambas: los cuidadores y sus cuidados. Dos personas con limitación de movimientos -una mujer tetrapléjica y un hombre con parálisis cerebral- son cuidados por el exmarido de ella y la chica que contrata aquel, respectivamente. A lo largo de cuatro meses, vemos cómo cambian sus vidas. Los cuatro hacen lo que pueden por abrirse camino en la vida. De sus relaciones se desprende una inmensa humanidad y como tal son seres imperfectos, en todos los sentidos que puede albergar una persona. Pero, a pesar de estos elementos, PAREJAS IMPERFECTAS no es un drama. Aunque tampoco es una comedia. Es ambos al mismo tiempo y también es mucho más que eso: un canto por la integración y la necesidad de conexión humana.